La dieta ecológica, también conocida como alimentación bio está basada en el consumo de productos orgánicos frescos libres de residuos tóxicos procedentes de pesticidas, antibióticos o fertilizantes no naturales. Generalmente, la elección de este tipo de dieta va unido a un cambio en el estilo de vida. Las personas que eligen una dieta ecológica suelen tener una serie de características comunes:
– Controlan la ingesta de sal. Sólo usan sal marina.
– Hacen ejercicio con regularidad.
– No comen alimentos industrializados.
– Comen con frecuencia fruta y verdura.
– Comen alimentos sin aditivos.
– Procuran no usar el vehículo para sus desplazamientos, sustituyéndolo por la bicicleta o el transporte público
– Llevan una vida metódica y ordenada. Procuran reducir sus niveles de estrés.
– Intentan equilibrar trabajo con vida privada.
En líneas generales podemos decir que son personas preocupadas por su salud y tienen una clara conciencia frente a la preservación del medio ambiente.
¿Todos los productos “naturales” o “bio” son ecológicos?
Las etiquetas de producto biológico, ecológico y orgánico están reguladas por ley, pero se utiliza el término “natural” en productos comunes que no cumplen los requisitos de productos ecológicos, por ejemplo el café o el agua son dos de estos productos.
Lo mismo ocurre con el término “bio”. Podemos encontrar en el mercado muchos productos con esta “denominación” que no proceden de la agricultura ecológica. Esto suele ocurrir con la mayoría de los productos que contiene bífidus. Muchas asociaciones ecologistas han denunciado este hecho, consiguiendo que en el etiquetado de los productos aparezca el origen de su composición.
Todos los productos ecológicos pasan una serie de controles sobre seguridad alimentaria e incorporan un sello de calidad en su envasado o etiquetado. La agricultura ecológica nace del objetivo de cultivar productos respetuosos con el medio ambiente que contengan la máxima calidad nutritiva. Lo mismo ocurre con la ganadería, que se cría con leche materna hasta los ocho meses y se alimenta al ganado con productos que no llevan grasas ni harinas de origen animal y no usa ningún tipo de aditivos para su crecimiento.
Alimentos básicos de la dieta ecológica
Frutas, hortalizas, legumbres, lácteos y carne son los pilares en los que se asienta la dieta ecológica. No se usan harinas refinadas, ni azúcar o edulcorantes artificiales, y se suelen usar alimentos un poco alejados de la dieta “tradicional” como el tofu, el miso o las algas. Aquellos seguidores de las dietas ecológicas no vegetarianos suelen preferir lácteos y pollo de origen orgánico, y pescados y otros alimentos del mar por su alto contenido en ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6.
Beneficios de la dieta ecológica
No cabe duda que la dieta ecológica es altamente beneficiosa para la salud. El hecho de no usar productos químicos como aditivos o conservantes, plaguicidas o pesticidas y que en la carne no pueda haber rastro de hormonas o metales pesados significa un gran avance para nuestra salud.
El 6 por ciento de las enfermedades degenerativas son debidas a una mala alimentación. Cuando consumimos productos de baja calidad estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro cuerpo y nuestra mente. Esta dieta es ideal para aquellos que tienen enfermedades de tipo autoinmune como el síndrome de fatiga crónica, o alergias.
Está comprobado que este tipo de alimentación reduce los problemas de piel, las personas que sufren jaquecas indican que sus dolores de cabeza disminuyen considerablemente y equilibra el sistema digestivo.
Los productos ecológicos pueden ser consumidos por personas de todas las edades, son unos óptimos antioxidantes y ayudan a equilibrar nuestro sistema interno.
Inconvenientes de la dieta ecológica
Uno de los grandes inconvenientes de este tipo de alimentación es el elevado precio de sus productos. Suelen estar un 20 por ciento por encima del precio habitual de los productos no biológicos u orgánicos, provocando que una gran parte de la población vea este tipo de dieta como algo inasequible.
Es necesario reducir el precio de este tipo de alimentos, y deben ser más fáciles de encontrar en grandes superficies e hipermercados, ya que cada vez es más elevado el número de personas que se muestran interesadas en esta dieta. Cada día el consumidor se preocupa más por la calidad que por la cantidad pero aun así los precios de este tipo de productos son muchas veces abusivos comparados con los productos “convencionales”.
Debemos tener claro también que no es una dieta de adelgazamiento. Es un cambio en nuestro estilo de alimentación que, a la larga, conllevará un equilibrio en nuestro peso, pero esto no tiene por qué ser así, ya que hay personas que son veganas y tienen sobrepeso. Lo importante es sentirse a gusto con el cuerpo de cada uno, cuidarse y no dejarse llevar por estereotipos y cánones de belleza impuestos por una industria que generalmente vive alejada de los cuerpos reales de hombres y mujeres.